“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto de lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mi. Y me ha dicho: ‘Bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad.’ Por lo tanto, de buena gana me gloriare mas bien en mis debilidades, para que repose sobre mi el poder de Cristo. Por lo cual, por amor de Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2 Cor 12:7-11)
INTRODUCCIÓN
Catalina de Lutero la esposa del gran reformador Martín Lutero dijo en una ocasión: Nunca hubiese sabido lo que algunas cosas querían decir en muchos salmos ni el significado de ciertas obras del Espíritu ni jamás hubiese comprendido la práctica de ciertos deberes cristianos si Dios no me hubiese hecho pasar por la aflicción…La vara de Dios nos señala muchas buenas lecciones que no hubiésemos aprendido de otra forma.
Y en el texto que acabamos de leer vemos la vara de Dios trayendo una lección muy importante en la vida del apóstol Pablo y que esperamos que también la traiga a nuestros corazones en esta ocasión.
Es a causa de la importancia de estas palabras que Quero tratar con ustedes el tema de: EL AGUIJON DEL CRISTIANO: UNA FUENTE DE PODER.
Y lo veremos bajo tres encabezados:
I- LA DIFICIL REALIDAD DE ESTE AGUIJON V.7-8
II- LA RESPUESTA DIVINA ANTE ESTE AGUIJON V.9ª
III- LA ACTITUD DEFINITIVA DE PABLO ANTE ESTE AGUIJON V.9b-10
I- LA DIFICIL REALIDAD DE ESTE AGUIJON V.7-8
Nuestro texto comienza hablándonos de un aguijón que le fue a dado a Pablo para afligirlo en su carne. Este aguijón le fue dado como dice al comienzo del ver.7 en nuestra Reina-Valera: para que la grandeza de las revelaciones no le exaltasen desmedidamente. Y dice al final del ver.7: para que no me enaltezca sobremanera. Nota: En el texto original el comienzo del ver.7 es la conclusión de la oración del ver.6)
Al leer este pasaje, debemos prestar bien atención al mismo, ya que muchos dicen que Pablo tuvo problemas por el orgullo, a causa de los privilegios que recibió, y por eso le fue dado el aguijón. Pero el texto no dice que el aguijón vino como consecuencia de algún pecado en particular sino para preservarlo de pecar en este aspecto.
Eso no significa que el no haya tenido que confesar y mortificar muchos pecados en su vida, pero a veces nos ocurren cosas en la providencia divina, no como consecuencia de algo malo en nosotros, sino para evitar que nos deslicemos por un camino incorrecto.
¿Y cuáles fueron esas grandes revelaciones que podían enaltecer sobremanera al apóstol? En nuestro contexto inmediato esta la revelación que menciono en los versículos anteriores.(Leer ver.1-6) Este hombre era el mismo. Esa revelación que tuvo fue demasiado grande; no se nos dice de ningún otro apóstol que haya tenido este privilegio.
Pero no solo por esta revelación, sino por cualquier otra revelación que haya recibido, Pablo corría el riesgo de enorgullecerse de forma pecaminosa. No era un orgullo por obtener cosas materiales, pero aun así era orgullo y esto podía hacerle daño a su alma. Por esto le fue dado este aguijón.
Ahora bien ¿en que consistía este aguijón? No lo sabemos con exactitud. La palabra aguijón puede traducirse también como espina o estoca afilada. Lo único que es muy probable es que era una aflicción que tenia en su cuerpo y que le causaba un fuerte dolor.
Hay quienes dicen que esa enfermedad era un problema en los ojos, y que afectaba aun su apariencia física (Ga 4:15; 2Cor10:10), pero esto es solo una posibilidad. Puede haber sido migraña, dolor en la espalda, o en los huesos etc. Lo cierto es que esta enfermedad estaba molestando de forma sensible su cuerpo, y por consiguiente, el desenvolvimiento de sus actividades.
Este aguijón, nos dice el pasaje, lo estaba abofeteando; era una aflicción que se estaba volviendo demasiado fuerte para soportar. Pero ¿quién le había mandado esta aflicción, el Señor o Satanás? El texto nos dice que ambos.
Si el propósito del aguijón era guardar del orgullo a Pablo, entonces fue el Señor, ya que el Diablo no esta interesado en que no pequemos, sino todo lo contrario, el quiere que pequemos y nos enorgullezcamos. Pero también fue El Diablo ya que el texto nos dice que ese aguijón era un mensajero de Satanás.(lit. “Un ángel de Satanás”)
En otras palabras, queridos hermanos, Dios nos prueba muchas veces dándole a Satanás el poder para afligirnos. Claro esta, con eso Dios quiere hacernos bien, aunque el motivo de Satanás es hacernos caer y rebelarnos contra Dios.
Veamos dos ejemplos bíblicos: el primero 2 Sam 24:1 con I Cr. 21:1 ; el segundo ejemplo es el caso de Job.(cap.1:1-3,6-12,21,22; 2:1-6)
La intención de Dios con las pruebas es, entonces, hacernos mas semejantes a Cristo, la del Diablo es apartarnos de Cristo. Por eso es que el mismo evento si lo contemplamos desde una perspectiva lo veremos como una prueba del Señor, pero si lo vemos desde otra perspectiva lo veremos como una tentación del Maligno. (Ej. La Pobreza, La fidelidad a tu esposa, etc.)
Como es lo correcto en cada cristiano ante una situación aflictiva, Pablo le clama al Señor para que le quite este aguijón o mensajero de Satanás. Literalmente dice: “Al Señor rogué”, dando la idea de que fue una oración intensa a su Dios, al punto, teniendo eso en su mente de manera particular.
Pero cuando le clama al Señor, no ve respuesta y ¿qué hace? Vuelve a clamar por segunda vez, quizá con mayor intensidad, pero tampoco recibe la respuesta. Ahí seguía ese aguijón afligiéndolo, estorbándolo y debilitándolo. Entonces clama por tercera vez ante esta situación, y viene entonces la tan esperada respuesta del Señor, y ¿cuál fue esa respuesta? Esto nos lleva a nuestro segundo encabezado:
II- LA RESPUESTA DIVINA ANTE ESTE AGUIJON V.9ª
La respuesta del Señor fue: “Bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad.”
El apóstol quería una respuesta del Señor, y la recibió. El problema fue que esa no era la respuesta que el hubiese deseado en ese momento. El hubiera preferido que la respuesta fuera que el seria sanado. O por lo menos, que esa aflicción iba a durar un tiempo, pero luego seria finalmente restablecido.
Pero eso no fue lo que le dijo el Señor; lo que el Señor le dijo indirectamente es que el tendría que permanecer con su aflicción indefinidamente. Mas bien el apóstol debía contentarse con la gracia de Dios, ya que esa gracia le permitiría seguir en la aflicción con una visión correcta.
Este aguijón no le sería quitado por lo menos por un buen tiempo. El estaba en medio de una situación en la que no podía escapar y en la que tenía que beber por obligación el trago amargo de esta aflicción en su vida.
Una enseñanza muy popular en muchos círculos religiosos hoy en día es el que dice que Dios responder las peticiones que le hagamos porque el mismo lo ha prometido en su Palabra. Estas personas sacan de contexto algunos versículos de la Biblia que nos hablan de la respuesta de Dios a la oración del justo y la aplican de forma errónea a ciertos casos particulares.
Eso ha traído como consecuencia el que muchas personas se aferren a ciertas promesas que no les ha sido dada, y si no se les cumple terminan
Ahora bien, es cierto que la Biblia dice en algunos pasajes que el Señor responderá nuestras oraciones, y no solo que nos responderá, sino que lo hará mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos.
Pero muchas veces esa respuesta puede ser todo lo contrario a lo que nosotros esperamos. La voluntad de Dios para nuestras vidas puede ser todo lo contrario a lo que deseamos en un momento. Y es por eso que cuando pedimos ciertas cosas para nuestras vidas debemos decirle al Señor: “Si es tu voluntad”
Esa misma claridad tenían los amigos de Daniel en Dn 3:16-18. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego…y si no, sepas oh rey, que no serviremos a tus dioses ni tampoco adoraremos a la estatua que has levantado. Ellos creían que Dios podía librarlos del horno de fuego, pero sabían que El podía no querer librarlos y como quiera mantuvieron su confianza en Dios.
No se les puede acusar de falta de fe en ese momento; todo lo contrario, tenían una fe tan grande que prefirieron ser echados en el horno, sea que Dios los librara o no.
Quiero decir esto con toda claridad posible y espero que no se me malentienda: Hay aflicciones por la que muchos cristianos están pasando, que posiblemente tengan que lidiar la vida entera con las mismas. Aunque le pidan de rodillas al Señor todos los días, que sean librados de la misma.
Posiblemente tendremos que lidiar con algún tipo de enfermedad; o quizá con algún defecto físico (si te falta un brazo, es posible que tengas que aprender vivir la vida entera sin ese brazo); puede ser que tengas que lidiar siempre con ciertas deficiencias en el carácter de tu esposo o esposa; o con serias dificultades propias de tu vocación, o con el hecho de la pobreza etc.
¿Significa esto que debo dejar de orar por sanación de mi enfermedad, o por la conversión o crecimiento espiritual de mi cónyuge, o por un mejor trabajo o por un mejor sueldo para salir de mi escasez? Imposible, hermanos.
Debemos seguir orando por estas cosas, porque es posible que Dios quiera dárnoslo, y muy probablemente El lo hará en respuesta a nuestras oraciones. Mientras estemos vivos, no sabemos si muchas cosas que deseamos Dios en su voluntad nos la querrá responder y por eso podemos seguir clamando hasta el final.
En el caso del apóstol, el ya sabia que tendría que lidiar con ese aguijón ya que Dios mismo se lo revelo, pero en nuestro caso no sabemos que sucederá con algunas cosas que pedimos.
El punto aquí es que podemos seguir clamando por ello con la confianza de que Dios tiene el poder para librarnos; pero a la vez debemos pedir la gracia para soportar, mientras nos llega, y si nos llega la respuesta a esa petición. Debemos tomar la misma actitud que tomo Pablo ante la respuesta divina, que es nuestro ultimo encabezado:
III- LA ACTITUD DEFINITIVA DE PABLO ANTE ESTE AGUIJON V.9b-10
“Por lo tanto, de buena gana me gloriare mas bien en mis debilidades, para que repose sobre mi el poder de Cristo. Por lo cual, por amor de Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Pablo quería ser librado del aguijón, pero no sabia si algún día seria librado o si quizá nunca lo seria. Pero tenía la seguridad dada por Dios de la gracia necesaria para soportar esta aflicción. ¿Y cual seria su actitud? Soportarla con gozo.
En vez de gloriarse en la grandeza de las revelaciones, se gloriaría en aquello que era su debilidad. ¡Que paradójico!, se gozaría cuando lo normal era que tuviera triste. Pero no solo lo haría en sus debilidades físicas, sino en afrentas. En términos más claros en insultos. Cuando fuere insultado por lo que hacia, se gozaría.
Pero no solo en insultos, sino en necesidades; es decir en medio de privaciones de cosas materiales ya sea por el tipo de ministerio que hacia o porque le quitaran de sus bienes en un momento dado.
Pero no solo en necesidades, sino en persecuciones y angustias. Estas persecuciones físicas incluían una variedad de castigos por la que tuvo que pasar como el apedreamiento, los latidos, las prisiones etc. (Ver 1Cor 4:9-13; 2Cor 6:3-10; 11:22-29)
¿Estas tu pasando por alguna aflicción difícil de soportar? Entonces mira el ejemplo de este hombre y pídele a Dios que te ayude a ser como el. El estuvo dispuesto a pasar por todas estas cosas por causa de Cristo.
Aunque la palabra amor no aparece en el texto original, la traducción no es incorrecta. Cuando tu le dices a una persona: “Estoy dispuesto a sufrir lo que sea por causa tuya”, le estas diciendo que porque lo amas haces todo eso.
De igual manera el amor a Cristo nos lleva a hacer todo lo necesario para agradarle. Un amor que viene como consecuencia de que El nos amo primero entregando su vida para salvarnos. Y por ese amor que le tenemos a El, debemos estar dispuestos a padecer por El, siempre recordando que siempre será menor a lo que El sufrió por nosotros.
El nos libro del infierno eterno, y nos dio la bendición de vivir en comunión con El y con la promesa de que estaremos por siempre con El. Si quieres medir como esta tu amor por Cristo, pregúntate que tan dispuesto estas a pasar por el horno de la aflicción con gozo en tu corazón.
Pero Pablo estaba dispuesto a pasar por todo esto, no solo por causa de Cristo, sino porque entendió la paradójica realidad de que los momentos de mayor fortaleza para el cristiano, son aquellos en los cuales esta en mayor debilidad.
Por eso es que dice al final del versículo 9: “Por tanto, de buena gana me gloriare en mis debilidades, para que repose sobre mi el poder de Cristo”. Y al final del ver.10 dice: “porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”
La fortaleza del cristiano esta en su debilidad. Pero no porque en la debilidad misma haya fortaleza, eso seria una contradicción de términos. En la debilidad del cristiano esta su fortaleza porque es ahí de una manera especial donde Cristo actúa con su poder haciendo maravillas.
Entonces el cristiano se sorprende y se da cuenta que no tiene porque enorgullecerse ya que fue Cristo quien actuó a través de el, y no el por su propia capacidad. El pensaba que no iba a poder con esa enfermedad; el pensaba que no iba a estar firme en medio de la aflicción.
El pensaba que no iba a estar quieto en medio del insulto, pensaba que no iba soportar la persecución, pensaba que no iba a estar contento en medio de la escasez.
Sin embargo lo hizo, a pesar de sus debilidades, y en contra de sus pecados; ese creyente venció. El ha visto algo impresionante: el poder de Dios obrando en su vida, y eso lo lleva a alabar a Dios ya que como dice el salmista: “El ha hecho maravillas en mi vida. Busque a Jehová y el me oyó, y me libro de todos mis temores. Los que miraron a El fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamo y le oyó Jehová y le libro de todos sus temores”.
¡Cuantas veces has dicho: Señor esto es muy difícil para mi, no puedo mas!
Pero hermanos, todavía la gracia de Dios nos sostiene, todavía estamos de pie por la gracia de Dios, a pesar de nuestras corrupciones y debilidades. Y es que, hermanos, Dios esta trabajando en mi vida y en la tuya, y es por eso que
El no nos dejara, sino que continuara su obra con nosotros, no como nosotros queremos, sino como El quiera. Y El ha dicho que será principalmente en medio de la debilidad, que su brazo poderoso se manifestara en nuestras vidas.
Conclusión
Quiero concluir con unas palabras de aliento a todos aquellos que se encuentran aquí, y que realmente han recibido a Cristo en sus corazones. Si Cristo habita en tu corazón por su Espíritu, entonces en ti habita el poder del Señor.
Ese gran poder que creo el universo, que resucito a Cristo de entre los muertos, que ha salvado y continúa salvando hombres de sus delitos y pecados, es el mismo poder que actuara en ti, pero recuerda que su poder será todavía mayor en medio de la debilidad. Guárdate del espíritu de autosuficiencia, y haz todo lo que te viniera en la dependencia del Espíritu de Dios.
Como iglesia podemos sentirnos que somos débiles ya que somos pocos, sin embargo, como dice el teólogo Charles Hodge: Por doce hombres sin letras la iglesia se estableció y difundió por todo el mundo civilizado. Por unos cuantos misioneros muchas tierras paganas se convirtieron en países cristianos. Y así en todos los casos: el poder de Dios se perfecciona en la debilidad.
Ver Isaías 49:4-7: Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas…Ahora pues, dice Jehová…Poco es para mi que tu seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures al remanente de Israel: también te di por luz a las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.
Y para ti que no conoces al Señor, Dios ha señalado este débil instrumento que es la predicación de la Palabra, y a débiles hombres como nosotros para proclamar que hay salvación en el Cristo crucificado. Y es a través de estas cosas débiles Dios ha salvado a los hombres al paso de los siglos. Quiera Dios hacer lo mismo por ti hoy.
Hermanos ante las cosas nuevas que todavía nos esperan por delante, como individuos y como iglesia, digamos como Pablo en Ef.3: 20-21 “A aquel que es poderoso para hacer todo mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a El sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amen”